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Dragones





DRAGONES

Origen del nombre dragón

Los dragones fueron representados a lo largo del tiempo como grandes serpientes o reptiles que poseen cualidades mágicas o espirituales. El origen o etimología de su nombre proviene del latín: draco, draconis, y es un término que designa a un animal mitológico, aunque también se llama así a un tipo de planta, por sus flores que semejan una cabeza de dragón.

Por razones de analogía, también se denomina “dragón” a una especie de pez, a una constelación y a un cuerpo de infantería, por las dragonas o charreteras que empleaban los soldados y por los dragones pintados en su estandarte o esculpidos en sus pistolas. Dragoncillo es el nombre de un arma que escupe fuego

ANATOMÍA DE DRAGONES

Extraido del documental Dragones: Una fantasía hecha realidad de Discovery Chanel. Los cuales afirman:


ALAS: Las alas de un dragón podrían parecerse a las de un murciélago. Se sujetaban sobre cuatro puntos y eran capaces de transportar más peso que las de un pájaro, que se sostienen en sólo dos.

LA IMPORTANCIA DEL PESO: Todos los animales tienen bacterias en sus intestinos que les ayudan a digerir la comida. Durante este proceso, estas mismas bacterias emanan elementos metabólicos como el gas. El equipo del programa supuso que la bacteria del interior del intestino de un dragón podría haber sido la única con la capacidad de expulsar hidrógeno. Este gas, 14 veces más ligero que el aire, sería la clave para que el dragón consiguiese volar y escupir fuego. El hidrógeno sería canalizado a dos compartimentos de almacenamiento especializados: las vejigas del dragón, que una vez completamente infladas, le ayudarían a disminuir su peso para emprender el vuelo.

LIGEROS COMO UNA PLUMA: Los animales voladores (pájaros, murciélagos, etc.) reducen su peso por medio de estructuras óseas huecas o en forma de “panal de abejas”. El equipo del programa utilizó estos modelos de esqueleto para elaborar una teoría que intenta explicar cómo estas criaturas eran capaces de volar. Incluso con huesos huecos, un dragón era demasiado pesado como para alzar el vuelo. Sin embargo, si unimos a esta característica la ligereza que le proporcionaba el hidrógeno, llegamos a la conclusión de que los dragones eran los suficientemente ligeros como para poder volar.


CON FUEGO EN EL CUERPO: Ahora ya sabemos por qué los dragones podían volar pero… ¿cómo es posible que fuesen capaces de escupir fuego?
El mismo hidrógeno utilizado para incrementar la ligereza de los dragones funcionaba también como combustible para originar las llamas. Sin embargo, para que esto fuese posible, era necesaria una reacción. Los científicos formularon la hipótesis de que los dragones podrían valerse de platino en polvo, un catalizador que estas criaturas conseguían con la ingestión de rocas sedimentarias. El metal funcionaba como un detonante, produciendo una chispa que a su vez reaccionaba con el hidrógeno almacenado en la vejiga de los dragones. De esta manera, se creaban las llamas.

APAREAMIENTO: El apareamiento del águila calva, un conocido depredador aéreo, es por sí sólo un increíble espectáculo. El equipo del programa analizó el comportamiento de este animal para desarrollar el modelo de conducta de otro conocido depredador del aire: el dragón. En una de las secuencias animadas de este especial, una pareja de dragones de montaña comienza un cortejo que les lleva a ascender en el aire, entrecruzar sus garras y dejarse caer en picado para finalmente escupir dos columnas gemelas de fuego a la vez que se separan.

MECANISMOS DE DEFENSA: En la naturaleza, unos grandes ojos funcionan como un mecanismo de defensa frente a los peligros. Si los dragones hubiesen existido y por consiguiente sus crías hubiesen estado expuestas a dinosaurios, depredadores e incluso a otros dragones, lo más seguro es que estos reptiles hubieran desarrollado técnicas elaboradas de defensa. Los enormes ojos de un dragón podrían ser precisamente el resultado de uno de estos mecanismos defensivos.

En este documental se estaba teniendo en cuenta un dragón de fuego, es decir en la anatomia de los otros tipos de dragones habrian variantes o diferencias sustanciales al ya expuesto.

Además, la mayorìa se encuentran cubiertos de escamas. Hay ejemplares a quienes les faltan las orejas y que oyen por los cuernos. Es habitual representarlos con una perla que pende de su cuello y es emblema del Sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quitan.” (Fuente bibliográfica: El Libro de los Seres Imaginarios, Jorge Luis Borges)

Eran capaces de sufrir varias metamorfosis: resplandecer en la oscuridad o tornarse invisibles, y achicarse hasta adquirir una talla minúscula o agrandarse hasta cubrir el firmamento o la superficie terrestre. Se dice que descansaban en castillos de perlas o en el lecho del mar, y que el timbre de su voz podía ser melódico como el de una campana de cristal.

Su anatomía variable se asoció a las mutaciones constantes de las nubes en el cielo. Por ejemplo, los chinos estaban convencidos de que los Dioses Dragones se hacían visibles en los cambios morfológicos de los nimbos. Incluso Shakespeare mencionó en uno de sus textos dramáticos que las nubes solían adquirir la figura de un dragón .

En Historia de Cuadrúpedos, Edward Topsell manifestaba: “Conservan la salud –como afirmaba Aristóteles– comiendo lechugas silvestres que les hacen vomitar cuando han tomado cualquier alimento nocivo. El peor de todos es la manzana, porque sus estómagos propenden a llenarse de aire. Por ello jamás comen de ese fruto sin ingerir primero lechugas silvestres”. 


TIPOS DE DRAGONES

Así como nosotros tuvimos antepasados en evolución, los dragones también los tuvieron:

Dragones prehistóricos
Los dragones del cretácico fueron los animales voladores más grandes que jamás han existido. Estas criaturas ancestrales descendían de un grupo de reptiles acuáticos y semi-acuáticos que habitaron los pantanos marinos hace 200.000.000 años. En un principio, las especies terrestres se apoyaban sobre sus cuatro extremidades y eran incapaces de volar y escupir fuego. Una de estas especies, sin embargo, desarrolló la habilidad de caminar sobre sus dos patas traseras, permitiendo una posterior evolución de las extremidades delanteras que finalmente terminarían por convertirse en alas.
Llegados a este punto, del cual no se tienen referencias fósiles, los dragones comenzaron a aprovechar las bacterias de su intestino para producir hidrógeno. Esta ventaja les permitió superar el obstáculo del peso (presente, por ejemplo en los pájaros y murciélagos) y los llevó a convertirse en la mayor criatura voladora de todos los tiempos. El dragón prehistórico llegó incluso a competir con uno de los grandes depredadores de la época, el Tyranosaurus Rex.

Más adelante en el tiempo, los dragones comenzaron a ingerir minerales inorgánicos como el platino, que funcionaban como catalizadores del hidrógeno almacenado previamente en sus vejigas. De esta manera, se incorporaba a la coraza de los dragones la poderosa arma de escupir fuego. El dragón prehistórico había nacido.

Despoès como todo en la vida, evolucionaron y se adaptaron asu medio por ende se les puede dividir en:

Dragones marinos
Algunas de las primeras especies de dragones eran acuáticas o semi-acuáticas. Se alimentaban en pantanos costeros y en aguas poco profundas, guardando grandes similitudes con los cocodrilos contemporáneos. Cuando se produjo la gran extinción, hace aproximadamente 65 millones de años, estas especies marinas lograron sobrevivir. Una mutación fortuita proporcionó a estos dragones un tercer par de extremidades que sustituyeron a las dos anteriores. Nacía así una nueva y única especie de animales vertebrados: una criatura de seis extremidades.
Algunos de estos dragones recolonizaron la tierra y llegaron a ser totalmente terrestres. El par suplementario de extremidades evolucionó en unas alas muy prácticas, similares a las de los dragones voladores. Otras especies, sin embargo, permanecieron en el agua, concentrándose cada vez más en los recursos alimenticios marinos (crustáceos, pescados y tortugas). A medida que transcurría el tiempo, estos animales fueron perfeccionando y adaptando sus cualidades hacia una vida completamente acuática. Sus rudimentarias alas se fueron transformando en aletas.
Las mandíbulas del dragón se volvieron más largas y anchas para atrapar a los peces y los dientes, en forma de púa, eran utilizados para sujetar a las resbaladizas presas. Mientras tanto, las alas, poco útiles en el agua, disminuyeron de tamaño y terminaron por desaparecer. Un ejemplo de esta clase de dragón podría ser, sin ninguna duda, el Monstruo del Lago Ness.

Los dragones de la selva

Los dragones de la selva vivían en densas arboledas y bosques de bambú. Estas criaturas heredaron el enorme y sinuoso cuerpo de su predecesor marino. Gracias a ello, eran capaces de moverse con facilidad a lo largo de la vegetación de la selva. También conservaron la habilidad de nadar. Así, en el caso de una estación excesivamente calurosa o de un incendio forestal, siempre podrían refugiarse en los ríos.
Esta variedad de la selva disponía de unas pequeñas alas que no le permitían alzar plenamente el vuelo. Sin embargo, eran capaces de dar grandes saltos moldeando su cuerpo al estilo de un avión (forma que también pueden adoptar algunas “serpientes voladoras”). De hecho, se ayudaban de estas pequeñas alas para conseguir un empujón extra y reducir su peso gracias a las vejigas llenas de hidrógeno parecidas a las de los dragones prehistóricos.
En busca de comida, algunos descendientes de estos dragones de la selva se expandieron más allá de las arboledas, bosques y matorrales. Dieron lugar así al gran dragón que habitó lo que hoy en día es China y el suroeste de Asia. Otras especies aisladas vivieron en las islas del archipiélago japonés.

Los dragones de las montañas
El dragón de la montaña se conoce como tal porque en tiempos medievales habitaba mayoritariamente las montañas y otros lugares remotos. Sin embargo, su nombre  no es muy apropiado. Mucho antes del desarrollo de la agricultura y del incremento de la población humana, esta especie estaba mucho más extendida en tierras bajas, no se encontraba exclusivamente restringida a las montañas.
Como todos los dragones posteriores al cretácico, esta especie de la montaña poseía seis extremidades: un par de alas y dos pares de patas, resultado de una fortuita mutación acaecida después de la extinción del dragón prehistórico.
El cuerpo de esta variedad de dragón era relativamente pequeño, sobre todo si lo comparamos con el del dragón marino. Esta pequeña complexión era esencial para el vuelo. La cola era casi tan larga como su cuerpo y finalizaba en una afilada punta que utilizaba como arma defensiva. Un simple golpe proveniente de la cola de un dragón sería suficiente para romper el brazo de un hombre.



HISTORIA DE DRAGONES

¿Dónde están todos esos relatos de historias de dragones? En efecto, comencemos con la Biblia, el libro de mayor publicación mundial en la historia. Una búsqueda de la palabra "dragón" en la versión King James de la Biblia produce 34 resultados a través de 10 libros diferentes escritos aproximadamente entre el 2000 BC y el 90 AD. La palabra "dragón" (Hebreo: tannin) es usada a través del Viejo Testamento, y se traduce correctamente como "monstruo de mar o tierra." En el libro de Job, el autor describe las grandes criaturas, Behemot (Job 40) y Leviatán (Job 41). Aunque las más recientes traducciones de la Biblia usan sustitutos como elefante, hipopótamo o cocodrilo, en vez de Behemot y Leviatán, el hebreo original y el contexto de las descripciones no permite estas interpretaciones.

Por supuesto, la historia del dragón no se limita de ninguna manera a la Biblia. Historias de dragones de China, Europa, el Medio Oriente, y la antigua Latinoamérica, comparten relatos similares de "dragones" y otras bestias. Algunas culturas reverenciaron estas criaturas. Por ejemplo: Historias de
Marco Polo en China señalan que la casa real mantenía dragones para ceremonias, y que dragones eran cazados por su carne y para medicinas en la Provincia de Karazan. Registros del historiador griego Heródoto y del historiador judío Josefo, describen reptiles voladores en el antiguo Egipto y Arabia. En otras culturas, era un gran honor matar a estas criaturas. Existen numerosos relatos de guerreros matando grandes bestias a fin de establecer credibilidad en una aldea. Gilgamesh, Fafnir, Beowulf y otras leyendas famosas, incluyendo la mitología de Egipto, Grecia y Roma, incluyen descripciones específicas de dragones y otras criaturas como dinosaurios.

La historia de dragones es revelada en numerosos objetos de arte antiguo a través del mundo. Criaturas parecidas a dinosaurios están representadas en monumentos históricos de Babilonia, en mosaicos romanos, cerámicas y trajes reales de Asia, sudarios y sellos reales de Egipto, piedras funerarias y tapicerías del Perú, esculturas Maya, petroglifos (tallados y dibujos en roca) de aborígenes de América, y muchas otras piezas de arte ceremonial a través de culturas antiguas. ¿Qué significa realmente toda esta evidencia?

Casi todos nuestros antepasados creían que la tierra estuvo habitada, especialmente en regiones desconocidas, por dragones.

Dragones ubicuos

Un libro moderno, The Greatest Monsters in the World, )1975), contiene un capítulo llamado "Dragones en todas partes." Este título es acertado, porque la creencia antigua en dragones parece haber sido casi universal, hasta donde podemos determinar por el arte prehistórico, leyendas, y los escritos más antiguos del mundo.

Dragones en el Arte Antiguo

En arte, los dragones son un motivo usado en cerámicas antiguas. El motivo aparece como decoración en cuencos de China incluso hasta el 202 D.C.

En el libro de Anne Ross: Pagan Celtic Britain, hay una fotografía de un motivo en una olla perteneciente a la cultura antigua Urnfield, la cual floreció en Europa antes del 500 A.C. La cultura de Bali representa al dragón en su máscara animal de Barong, un espíritu bueno que es central en sus dramáticas presentaciones rituales.

Sin embargo, tal vez la evidencia más antigua se encuentra en la cueva prehistórica en La Baume, Latrone, Francia. Descubierta en 1940 por Siegfried Giedion, algunos científicos opinan que la cueva tiene 20.000 años (yo no acepto fechas tan antiguas). Peter Costello escribe: "Dominando la escena entera aparece una serpiente de más de tres metros de largo." Como Costello nota, esta pintura de una criatura parecida a un dragón "aparece en la aurora misma del arte," cualquiera sea la fecha exacta.

En Lydney Park en las riberas de Severn, en Gloucestershire, Inglaterra, un piso de mosaicos de origen romano-celta ha sido excavado. Parece ser un templo asociado con el culto del río a Nodens, "el hacedor de nubes." Prominentes en el mosaico se encuentran monstruos marinos que bien pueden ser considerados dragones.

Dragones en la Literatura Antigua
En la literatura, los dragones son ciertamente y virtualmente un antiguo motivo universal. Los dragones se encuentran en las primitivas literaturas de los ingleses, irlandeses, daneses, noruegos, escandinavos, alemanes, griegos, romanos, egipcios y babilonios. Entre los indígenas americanos, leyendas de dragones florecieron entre los Crees, Algonquins, Onondagas, Ojibways, Hurones, Chinooks, Shoshones, y Esquimales de Alaska.

Uno de los más famosos cuentos daneses de dragones se encuentra en "Sigurd de los Volsungs" y se refiere a "La Muerte de Fafnir." Sigurd, el héroe de la épica, tiene miedo de Fafnir el dragón, porque sus huellas son enormes. Sigurd se escondió en un hoyo, y cuando el dragón se acercó al agua le atravesó el corazón. Probablemente la cabeza, el cuello y el corazón eran verdaderamente las únicas áreas vulnerables del inmenso cuerpo. La mayoría de los dinosaurios eran básicamente criaturas de agua. 

Sigurd tenía miedo de ahogarse en la sangre del dragón, lo cual podría ser otra indicación del tamaño de la criatura. Si el dragón hubiera caído sobre la boca del hoyo, la posibilidad de que Sigurd se ahogara en su sangre hubiera sido muy real.

A medida que el dragón se acercaba soplaba veneno delante de él. El dragón le habla a Sigurd. El amigo de Sigurd, Regin, extrae el corazón del dragón y le pregunta a Sigurd si se lo asa y se lo sirve. Cuando Regin prueba la sangre del dragón inmediatamente entiende el lenguaje de los pájaros.

Tanto el dragón de este primitivo cuento épico danés y el dragón de la antigua épica inglesa, Beowulf, resguardaban un tesoro.

El dragón sin nombre en Beowulf también escupe llamas. Tiene 50 pies de largo, medidos después de su muerte. Como con Fafnir, "los moradores de la tierra le tenían pavor." Es una criatura de la noche, asociada con el mal, y descrita como "lisa" y "odiosa."

Dragones en Leyendas y Folklore

Los héroes griegos que se supone mataron dragones son : Hércules, Apolo y Perseo. En efecto, la Enciclopedia Mundial (1973) dice que "cada país los tiene en su mitología." En la mitología noruega, un gran árbol de Fresno, Yggdrasil, que se pensaba soportaba el universo entero, tenía tres raíces inmensas. Una se extendía a la región de la muerte. Niflheim y el dragón Nidhogg roían perpetuamente la raíz del árbol. Esta situación precaria, que parece poner al universo entero a merced de Nidhogg, tal vez demuestra el profundo y enraizado miedo consciente o inconsciente de los proto-nórdicos hacia los dragones. Si estas temibles criaturas amenazaban los ancestros de los nórdicos, uno puede entender fácilmente como tal mito pudo haberse desarrollado.

Los egipcios escribieron del dragón Apophis, enemigo del dios del sol, Ra. Los babilonios registraron su creencia en el monstruo Tiamat. Los noruegos escribieron acerca de Lindwurm, guardián del tesoro de Rheingold, quien fue muerto por el héroe Siegfried. Los chinos escribieron acerca de dragones en su antiguo libro, I Ching, asociando a estas criaturas con poder, fertilidad, y buena salud. También usaron dragones como motivo en su arte primitivo, cerámicas antiguas, desfiles, y danzas. La serpiente emplumada de los aztecas puede haber representado un híbrido a su manera de ver, entre un dragón y otra criatura. La cerámica de la antigua cultura de Nazca, Perú, muestra un monstruo caníbal muy parecido a un dragón.

En British Columbia, se cree que el lago Sashwap es el hogar del dragón Ta Zam-a, y el lago Cowichan el de Tshingquaw. En Ontario, el lago Meminisha es considerado el hogar de una serpiente en forma de pez temida por los indios Cree. Angoub es el legendario dragón de los Hurones, Hiachuckaluck el dragón en que creían los Chinooks de British Columbia.

Los dragones son tan ampliamente aceptados como parte del folklore irlandés que Robert Lloyd Praeger, el naturalista, dice que son "una parte aceptada de la zoología irlandesa." El historiador, Dr. P.W. Joyce, en su libro sobre nombres de lugares irlandeses, dice: "leyendas de monstruos acuáticos son muy antiguas entre la gente de Irlanda."

Interpretaciones de Dragones

Muchas teorías han sido formuladas tratando de explicar la creencia virtualmente universal en dragones entre la gente de la antigüedad. Algunos han visto a los dragones como un producto de la imaginación humana, como resultado del miedo a lo desconocido. Se ha señalado que incluso hasta 1600 D.C., mapas eran decorados alrededor de los bordes de regiones desconocidas con pinturas de monstruos parecidos a dragones. Aún así es difícil imaginar cómo tales grupos de gentes, ampliamente separados, imaginaron todos virtualmente la misma cosa, si esta entidad imaginaria no tenía ninguna base en la realidad o en sus experiencias.

La Enciclopedia Mundial (1973) anota: "Los dragones de las leyendas son extrañamente parecidos a criaturas reales que vivieron en el pasado. Se parecen mucho a los grandes reptiles que habitaron la tierra mucho antes del tiempo en que se supone que el hombre apareció en la tierra."

El uso por el escritor de la frase: "se supone que apareció" denota que reconoció el problema. Se supone que el hombre no apareció sino hasta mucho más tarde, pero ciertamente parece que el hombre de hecho se encontró con dinosaurios, dibujando pinturas y escribiendo acerca de lo que vio. ¿Cómo pudo haber escrito acerca de algo que yacía sepultado profundamente bajo la tierra, habiendo muerto millones de años con anterioridad?

Peter Costello presenta el mismo problema. "La teoría del plesiosauro," escribe, "que apareció hace tiempo, todavía tiene muchos partidarios, pero de nuevo las dificultades de si pudo haber sobrevivido por sesenta millones de años sin ser detectado. Son muy grandes."

Dragones en la Biblia

Por supuesto, para los creacionistas creyentes de la Biblia no existen problemas de tiempo o evolución, y los hechos de literatura antigua y arte prehistórico encajan muy bien con el relato bíblico. De acuerdo con Génesis 1:21-23, los animales de agua fueron creados el quinto día; de acuerdo con Génesis 1:24-25, los animales de la tierra, así como el hombre y la mujer, fueron creados el sexto día. De esta manera, de acuerdo con la Biblia, todos los animales fueron creados aproximadamente en el mismo tiempo. No hubieron largas eras en que el hombre no estuvo presente y cuando los dinosaurios controlaban la tierra. La Versión Autorizada utiliza la palabra "dragón" dieciséis veces, todas en el Antiguo Testamento, traduciendo dos palabras hebreas que significan "monstruo de tierra o de mar."

En Job 40:15, por ejemplo, Behemot es descrito: "Su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre" (40:16). Behemot fue una inmensa criatura, y leyendo sobre él, uno que sea instruido en literatura antigua se le hace difícil no pensar en Fafnir, el dragón de primitiva fama danesa. Behemot, leemos, movía su cola como un cedro. ¿Una cola tan grande y poderosa como un árbol de cedro? ¿Qué animal puede posiblemente describirse así sino un dinosaurio? "Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro" leemos (40:18), tal vez recordando a Sigurd, temblando debido a la fuerza del dragón Fafnir. Cuando el autor de Job escribe: "el que lo hizo, puede hacer que su espada a él se acerque." ¿Quiso el escritor decir que sólo Dios es normalmente capaz de ocasionar la muerte a tan poderosa criatura? De nuevo, mentalmente veo a Sigurd escondiéndose en el hoyo, esperando por el momento oportuno para herir uno de los pocos lugares en que el dragón es vulnerable. Behemot es una criatura de agua, porque "los árboles sombríos lo cubren con su sombra; los sauces del arroyo lo rodean" (40:22). Esta criatura tiene una sed inmensa, porque "él se bebe un río" (40:23). ¿Qué animal aparte de un dinosaurio puede ser descrito así?

En el próximo capítulo de Job, leemos de otra gran criatura, Leviatán. Como con Behemot, el relato habla de Dios describiendo a estas criaturas, e implica que a Job le eran familiares. Dios le recuerda a Job cuán difícil es atrapar a una criatura como el Leviatán. Dios había creado el Leviatán, porque declara, "todo lo que hay debajo del cielo es mío" (41:11). El Leviatán tiene dientes terribles y escamas, o una cubierta protectora fuerte, típica de muchos dinosaurios. ¿Ve usted a Sigurd temblando ante Fafnir cuando lee: "Cuando él (Leviatán) se yergue, tienen temor los fuertes" (41:25)? Job es usualmente considerado uno de los libros más antiguos de la Biblia, posiblemente escrito cuando el hielo cubría grandes partes de Europa y Norteamérica, poco después del Gran Diluvio. Muchos expertos de la Biblia creen que algunos dinosaurios pueden haber sobrevivido el Diluvio, siendo criaturas de agua, pero que debido a severos cambios climáticos, murieron a pocas generaciones después del Diluvio. Si estas criaturas de pequeños cerebros estaban experimentando dificultades a las cuales no estaban acostumbradas y mal adaptadas, uno puede entender fácilmente por qué una tradición de dragones monstruosos y temibles es registrada virtualmente en todas las culturas antiguas occidentales, lo que pudo haberse desarrollado durante, o poco tiempo después de Job.

La Biblia presenta este tiempo en la historia como un tiempo de dispersión (Gen 10:11). Grupos de gente estaban mudándose, alejándose del Ararat, donde sus padres habían desembarcado después del Diluvio, alejándose de Babel, donde se habían congregado. Se estaban aventurando hacia las nuevas tierras que se convertirían en sus hogares. Toda la tierra era desconocida para ellos. Al mismo tiempo, grandes cambios climáticos deben haber causado que los dinosaurios fueran atípicamente hostiles.

Es verdad que las tradiciones orientales no han percibido al dragón como temible y malo, como lo han hecho las culturas occidentales. Sólo podemos especular acerca de la razón, pero es posible que los grupos que emigraron hacia el oriente, simplemente no tuvieran los encuentros horripilantes que sus contemporáneos del occidente deben haber experimentado. De ser así, estas gentes orientales pudieron haber contado a sus hijos historias de dinosaurios de la misma manera como las recibieron desde antes del Diluvio, cuando la vida estaba idealmente adaptada a su existencia, la comida abundante, y tal vez los animales y los humanos no se mataban el uno al otro para comer (Gen 9:3).





El rasgo común de todos los dragones es como todo tipo de características de animales de Tierra Mar y Aire, se fusionan de una forma tan armoniosa, que siempre resulta ser la criatura más bella e imponente que se haya visto, y que representa el más perfecto balance entre belleza y fealdad. Un animal divino y el único digno de ser el emblema y guardián del poder de la naturaleza. "

 



                 
 
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